lunes, 24 de septiembre de 2012

Preferí no esperarle en la playa (II)

Preferí no esperarle en la playa. Paré el motor de mi descapotable junto al paseo y saqué los prismáticos. Entre todo el gentío no lograba distinguirle y, además, el sol de frente me lo hacía más difícil aún. Grupos variados de jóvenes disfrutaban de la arena, hacían deporte y se bañaban en el mar, y yo empecé a preguntarme porqué había llegado hasta esta situación. La obsesión se había convertido en mi compañera fiel en la última semana. Simplemente no estaba cumpliendo con un trabajo que me habían encargado: estaba llevándolo a un terreno tan personal que me estaba dando miedo. Me temo que estaba empezando a enamorarme de mi objetivo.

Desde mi posición incómoda de aprendiz de espía yo seguía oteando el horizonte. De pronto, a través de las olas apareció su esbelta figura erguida sobre la espuma. Surfeando con gracia hasta la orilla, apoyó sus pies en la arena como si agua y tierra fueran el mismo terreno para él. Acto seguido, con su porte de niño-hombre descuidado pero deportista, se dio la vuelta y se zambulló de nuevo con su tabla para volver a empezar.

Encendí un cigarrillo. Creo que todavía me daría tiempo a fumarme medio paquete antes de cumplir mi promesa de dejar de fumar.

domingo, 23 de septiembre de 2012

¿Quién es mi personaje?

La idea de persona procede del teatro. En el teatro clásico cada cual tenía la personalidad de la máscara que llevaba. La psicología ha identificado cinco factores principales en función de los cuales describir a las personas. Aquí los usaremos para conocer mejor a nuestros personajes de ficción.
Usaremos esos cinco factores más la inteligencia.
Todos fluctuamos en los cinco, y un personaje no debe ser unidimensional, es decir no debe responder a un sólo aspecto y resultar plano en todo lo demás. Sin embargo, nosotros, por ahora y como ejercicio, haremos personajes que se caractericen especialmente por alguna de las dimensiones.



martes, 18 de septiembre de 2012

Preferí no esperarle en la playa


Aquí están las imágenes para el ejercicio de esta semana. Recuerden que consiste en escribir una breve historia que empiece o termine con la frase: Preferí no esperarle en la playa.
La historia se ambientará en uno de los cinco escenarios de las fotos.

lunes, 10 de septiembre de 2012

¿Cómo lo cuento?

Las emociones y las palabras no pertenecen a la literatura. La Literatura las usa pero las toma prestadas de la vida. Los géneros sí son contrucciones puramente literarias. Hay muchos géneros literarios, pero los que inicialmente nos interesan son tres: El género Lírico, el género Épico y el género Dramático. Estos tres géneros están definidos desde Aristóteles pero no los elegimos por su antigüedad, sino porque afectan a la obra literaria desde un nivel muy elemental. Es decir que en cuanto escribimos un par de frases ya estamos en uno o en otro (o hasta en más de uno).

Así que otro aspecto en el que podemos clasificar nuestros textos es el género:

1. Lírico
2. Épico
3. Dramático

Elegir emociones



La psicología y la neurociencia han identificado algunas emociones a las que se llama "básicas" esto quiere decir que son universales, y que se han identificado para ellas ciertos correlatos neurológicos y fisiológicos distintivos.  Además les corresponden expresiones faciales diferentes.
Cualquiera de nosotros podría distinguir una cara de miedo de una de asco.
Los seres humanos no sólo nos expresamos con el rostro. Algunos incluso con la literatura... pero los textos también producen emociones diversas y bien distinguibles.
El dado puede servirnos para seleccionar (del uno al seis) la emoción que el texto debería intentar transmitir al lector...


  1. Sorpresa 
  1. Asco 
  1. Tristeza 
  1. Ira 
  1. Miedo 
  1. Alegría 

Palabras al azar



A principios del siglo XX a algunos psicólogos se les ocurrió que la asociación de palabras podía dar mucha información sobre el estado mental de la gente. Entre ellos estaban Kent y Rosanoff que compusieron la lista que vamos a usar.
Esencialmente la idea era que la primera palabra que nos venía a la mente tras oir otra, diría algo sobre nuestra forma de pensar.
Esto seguramente tiene mucho de cierto, aunque nadie parece haberse puesto de acuerdo sobre cuáles sean las asociaciones relevantes para saber si uno sufre de uno u otro problema mental. 
Sin embargo, de aquellas investigaciones nos han quedado listas de palabras de las que se conoce que generan bastantes asociaciones. Estas listas se han usado para estudiar el lenguaje y en este caso las usaremos como semilla para creaciones literarias
Usaremos un simple dado que tiraremos tres veces. La primera vez el dado nos indicará en qué grupo de palabras buscaremos (están numerados del 1 al 5; si sale un 6, tiramos de nuevo). La segunda vez nos señalará la línea dentro del grupo, y la tercera, la palabra dentro de la línea.
Todo este proceso pretende garantizar que la palabra se selecciona al azar. A partir de la palabra seleccionada... surgirá la literatura.


1          mesa, sombrío, música, náusea, hombre,
profundo, blando, hambriento, montaña, casa,
negro, cordero, confort, mano, corto,
fruto, mariposa, mullido, mando, silla,

2          dulce, silbido, mujer, frío, lento,
deseo, río, blanco, bello, ventana,
áspero, ciudadano, pie, araña, alfiler,
rojo, dormir, cólera, alfombra, muchacha,

3          alto, trabajador, agrio, tierra, esfuerzo,
soldado, cal, duro, águila, estómago,
tallo, lámpara, soñar, amarillo, pan,
justicia, muchacho, luz, salud, Biblia,

4          recuerdo, rebaño, baño, choza, rápido,
azul, ávido, sacerdote, océano, cabeza,
poeta, largo, religión, Whisky, niño,
amargo, martillo, sediento, blanco, plaza,

5          mantequilla, doctor, fuerte, ladrón, león,
alegría, cama, pesado, tabaco, criatura,
luna, tijeras, tranquilo, verde, sal,
calle, rey, queso, flor, asustado